Aula: el punto de partida de algo más importante / Taller de aprendizaje / Comunidad de aprendizaje.

«Quedará para el centro un aula en la que poder desarrollar las clases de una forma más gratificante, más apropiada para las metodologías que hoy ponemos en práctica. Un aula en la que poder mejorar competencias fundamentales para nuestro alumnado, flexible, amable, en donde se sienten protagonistas; pero el espacio solo ha sido la excusa, el punto de partida de algo más importante.»

(Proyectos, personas… sueños) María Gómez Martín. Profesora de FOL en el CIPFP Ciudad del Aprendiz de Valencia.

Aula, classroom, salle de clase, klassenzimmer, klas, klassrum, klasa, salâ de clasâ, trída, sinif. Del latín aula , según la R.A.E. : «Sala donde se dan las clases en los centros docentes.» Es el espacio donde se desarrolla el proceso de enseñanza-aprendizaje y como espacio esencial, su implantación tuvo lugar en el s. XIX. Un lugar donde hay muchas cosas entre cuatro paredes. Todos sabemos qué es un aula, todos hemos pasado por ellas en nuestra formación. ¿Cómo ha cambiado el aula en los últimos cincuenta años?

¿Quizá en los revestimientos de suelos y paredes? ¿en el sistema de calefacción? ¿en los materiales de que disponen los alumnos? ¿sólo hemos añadido una pizarra digital?

El aula actual falla en su capacidad de adaptarse a actividades. La mayoría de las aulas se adaptan bien a un solo modo de aprendizaje: la clase magistral del profesor frente al grupo de alumnos. Funcionan bien para conferencias y presentaciones, pero no para trabajar en equipo, o para el estudio individual, o la tutoría cooperativa. Si a los alumnos se les diera a elegir un lugar donde leer tranquilamente, pocos elegirían un incómodo pupitre. Las aulas sólo están diseñadas para dos modalidades de aprendizaje: la conferencia del profesor y las presentaciones de los alumnos.

Transformemos el aula en un taller de aprendizaje, en un aula creativa. ¿Qué es un taller de aprendizaje? Es un aula que ha sido rediseñada para incrementar el número de modalidades de aprendizaje que se pueden realizar entre sus cuatro paredes. El ejemplo es el aula de educación infantil. El taller es un espacio repleto de oportunidades, lleno de materiales que se necesitan para trabajar. Invita al mundo exterior a entrar en él. Un espacio que contiene todo tipo de inspiración para el aprendizaje, que invita a aprender. Hay estudios que relacionan la productividad del ser humano y el diseño del espacio en el que trabaja. Se rinde más en un ambiente variado, flexible y cómodo.

El trabajo colaborativo en salas contiguas se produce al unir dos o más talleres (mediante tabiques móviles). Más oportunidades de redistribuir los grupos de alumnos, proporcionar ayuda personalizada a los que lo necesiten, trabajar por bloques programados, crear proyectos interdisciplinares, compartir espacio para aumentar las oportunidades de aprender. Sirve para diez modalidades de aprendizaje, entre las que se encuentran el aprendizaje individualizado con el profesor, la evaluación cooperativa y la enseñanza y aprendizaje en equipo.

Si unimos los espacios de zonas enteras (una de las alas de una planta del edificio por ejemplo) pasamos a las pequeñas comunidades de aprendizaje, solución que permite quince modalidades de aprendizaje. No deberían ser de más de 150 estudiantes en educación secundaria ni de más de 100 en educación primaria. Parece que 150 es el número máximo de individuos con los que podemos tener una relación social auténtica, según el antropólogo Robin Dunbar. Ciento cincuenta, el número de Dunbar, es el número de personas que pueden relacionarse en un sistema determinado. En una comunidad de aprendizaje todo el espacio es útil, todo tiene un uso educativo, destinado a actividades. Tenemos posibilidades de variar tanto el tamaño como el ambiente de los espacios en función de la actividad que se lleve a cabo.

La agrupación de los alumnos en tutorías sería la base de las pequeñas comunidades de aprendizaje, para grupos de entre diez y quince estudiantes compartiendo áreas comunes como zonas de proyectos, talleres de aprendizaje, salas de colaboración entre docentes, etc. Cada alumno tiene su puesto de trabajo con un currículo centrado en el alumno (a menudo basado en proyectos). El uso de los tabiques móviles acústicos puede ser un primer paso, puede transformar el aula tradicional en un espacio más flexible, y puede incorporarse tanto en los proyectos de nuevos centros escolares como en los ya existentes mediante la sustitución progresiva de la tabiquería fija.

Sustituir un tabique de ladrillo que separa dos aulas (aprox. 20 m2) por uno móvil acústico (45 dBA) supone un coste inferior a 10.000 €, ¿no merece la pena cambiarlo? O el empleo de paredes vidriadas, mezclando el adentro y el afuera. ¿Serían nuevas formas silenciosas de enseñanza? Si el tamaño del aula lo permite ¿por qué no incorporamos unas pequeñas gradas donde exponer ideas y debatirlas?

La transformación puede ser progresiva, flexibilizando los espacios poco a poco, o realizándose con un planteamiento más radical, como las propuestas de la arquitecta Rosan Bosch, en las que alumnos y docentes encuentran su lugar o el ambiente según las necesidades de comunicación de uno a muchos, de concentración, de trabajo en grupo, de comunicación informal, para experimentar o para activar el cuerpo y activar la mente.

Para la escritora y profesora de filosofía Eulàlia Bosch «un espacio puede convertirse en un lugar en cuestión de segundos o con el paso de los años. Es la calidad del tiempo vivido lo que transforma un espacio genérico en un lugar singular. Los espacios tienden a tener un registro objetivable, mientras que los lugares forman parte de la experiencia vital de las personas, de su historia y de su imaginario, y a menudo sólo pueden ser compartidos con la ayuda de las artes, esta gran enciclopedia de referencia que nos vamos pasando de generación en generación». Llama «habitar» a la acción de apropiarse de un espacio y convertirlo en lugar. Así pues, habitemos el aula, apropiémonos de ella, cambiemos sus límites, sus fronteras, convirtámosla en un lugar singular, en el principio de algo más importante.

Ahora se adaptan las actividades a las posibilidades que ofrece la infraestructura escolar. ¿Por qué no hacerlo al revés?

London. James Newton Howard

«Quizá sea tiempo para volver a pensar. Qué espacios para qué educación. Qué educación para qué mundo. Cómo habitar un ineludible pero contingente espacio de la educación.»

Dra. María Silvia Serra. Profesora de la Universidad Nacional de Rosario (Argentina).